Los funerales católicos son los más habituales en España. Se trata de una ceremonia que pretende despedir a los fallecidos siguiendo los ritos tradicionales de la religión cristiana. Aunque todos hemos asistido a este tipo de celebraciones, merece la pena repasar los puntos básicos de un funeral católico típico.
El concepto católico de muerte
Para empezar, es importante recordar que la fe católica ve la muerte como un viaje del alma hacia el cielo, el infierno o el purgatorio, según la vida que haya llevado el fallecido. Para facilitar este tránsito, se aplica al moribundo el rito de la extremaunción, que le da paz y le libera de sus pecados.
La preparación del funeral católico
Cuando un enfermo muere, su cuerpo es llevado a una funeraria para que se embalsame y se prepare estéticamente cara a su exposición frente a familiares y amigos. Además, al fallecido se le coloca un rosario entre las manos como símbolo de su fe.
Una vez el difunto ha pasado por las manos de un tanatopráctico y se expone a sus seres queridos, se inicia el velatorio. En la actualidad, la vigilia se realiza en los tanatorios e implica el acompañamiento del finado hasta el momento de su funeral y entierro.
El servicio fúnebre católico
El féretro se traslada a la iglesia para celebrar la misa de difunto, que incluye la recepción del cuerpo, la liturgia de la palabra, eucaristía y una encomendación a Dios antes de la última despedida. Posteriormente, se celebra el rito de la sepultura en el cementerio.
Misas de recuerdo
El rito del funeral católico se complementa con la celebración de unas misas de difuntos posteriores al entierro. La primera de ella se celebra 7 días después del fallecimiento y sirve para rezar por el descanso eterno del fallecido, además de que las personas que no hayan asistido al funeral puedan dar las condolencias a los familiares del fallecido. Posteriormente, se celebra una misa en el 30º día del fallecimiento.